El poeta de luz, de ingente zaga más que una frágil vela es llama antigua. Dispuesta siempre a arder, jamás exigua que al paso de los años se propaga. La piel fuerte se impone a toda llaga, quiebra filos y puntas, lo atestigua ese edicto del bien que nos santigua sin milagros, sin dioses y sin paga. Justo es que no mendigue de consuelos el ave que nació para altos vuelos. No admiten suplicar misericordia los que le abren su templo a tantos seres. ¿Qué poeta no sueña amaneceres y en ellos luz y paz, amor, concordia?
Rodeados de un arte exquisito con la Expo Sonetos a Tinta se leyeron algunos poemas inéditos del libro “En un cósmico latido”, preámbulo lírico que le diera paso a la magia interpretativa del maestro Franco Rivero Bueno al piano.
Fue una tarde maravillosa con la armonía espiritual que depara el arte, motivo elocuente de regocijo y felicidad.
Reine la salud y con ella el brindis por la vida.
Visitas: 0