Bastaba soñar; no hizo falta corre-corre ni desvelo. La mañana se antojaba calurosa al extremo y la espera un dulce preámbulo, este día teníamos preparado un encuentro con alumnos y profes del proyecto CREARTE, y sus pequeños grabadores de Peque-Grafía, por eso la ansiedad. No hay nada que supere a la alegría de los niños, tienen esa magia capaz de hacer desaparecer temores, preocupaciones y hasta el tan contemporáneo estrés que siempre nos ronda cuando estamos a punto de recibir visitas o presentar un trabajo, ávidos de saber.
Llegaron a casa, devorando de golpe la muestra de grabados que orgullosamente exhibimos en nuestra Casa Cultural. Cálidas palabras en la bienvenida de Irma dieron paso al deleite cultural, la música de Lecuona fue banda sonora del suceso y así se hizo la luz. La mañana se antojó alegre y diáfana y los chicos miraron, analizaron, compartieron y dejaron tras de sí esa estela de sueños y ambiciones de saber que van intrínsecas a la infancia.
Juan Silvio, coordinador de Crearte, y los profes Néstor y Odeibis nos hicieron cómplices de todo el empeño que hacer florecer a los futuros artistas conlleva, divina labor la de formar hombres y mujeres de bien, sensibles y plenos, magia divina. AMAUTA quiso darles a los peques un poquito más y desplegamos herramientas y obras para hacer una muestra, en vivo, del proceso de impresión de un linóleo, a modo de clase práctica hicimos nuestro pequeño aporte al proceso educativo de los muchachos que no quitaron ni un poco de atención a cada cosa que explicamos o realizamos. Teniendo a mano a dos excelentes poetas: Lorenzo Suárez y Néstor Montes de Oca, la velada no podía terminar sin que volara el ángel de la poesía y entre poemas para niños, homenaje a las madres y mujeres y décimas cubanas cerraba las cortinas una mañana de ensueños con la certeza de que habrán otras donde recordar la exigencia eterna de un amigo: PROHIBIDO, TERMINANTEMENTE, DEJAR DE SOÑAR
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