LE habíamos hecho la propuesta a Lazarito hace tiempo ya, queríamos hacer una muestra diferente, precisa y vaya si lo ha sido en este primer día de Kamikazes en Amauta.

Inauguramos a ultranza en esta lluviosa tarde, los amigos que decidieron llegar se van cargados de historias, de anécdotas , secretos del proceso creativo, de esos que el autor no expone a todos, peripecias, situaciones singulares en que se desdobla en profesor y se gasta una Clase Magistral sobre la racialidad y la incidencia y particularidades del fenómeno en la Cuba de hoy, el público, curioso, pregunta y el artista se suelta y habla, habla mucho y mientras más expone sus razones, sus motivos, sus moviles de creación, más atento está el auditorio, público diverso, no común en galerías, nuestro público.

Qué decir del día, feliz término al esfuerzo y al empeño, al querer hacer y hacer bien, regalar arte amén de todo lo que pueda ir en contra, (siempre hay “en contras”), pero se logró y ver a Lazarito motivado a compartir sus detalles nos da la alegría que quisimos desde el principio.

El agradecimiento infinito a nuestros amigos, colaboradores y cómplices esos que nos acompañan fieles y seguros en este empeño de ser kamikazes del que, por ahora, salimos con vida. ( Iván Morales)

SEPULCROS

Jorge Luis Montesino Grandías (crítico de arte)

Fotógrafos de la anatomía femenina y masculina, asimismo de las conflictividades socio-políticas de ambos géneros-cuerpos abundan en Cuba. 1 Específicamente el hombre negro
ha servido de exploración anatómica y también plataforma para sondear problemáticas
socio-políticas y demás conflictos que lo significan y confieren sentido de vida; lo mismo
condición conflictual que regusto por ser negro. Dentro de este campo temático, y solo a
modo de ejemplo aproximado, sobresalen las obras de Herman Puig (Germán Puig
Paredes. La Habana,1929-2021), de los inquietantes Aladar Hajdú (Yugoslavia, 1921-
2005), conocido como Rembrandt, y Rene Peña (La Habana, 1957). Otros como Luis del
Cueto Perearnau (Karoll), Tito Álvarez, Juan José Vidal, Marta María Pérez y Roberto
Salas, presentan acercamientos al mismo.

En esta ocasión, a través de su muestra personal Kamikazes, Lázaro Prieto nos coloca
frente a escenas críticas más que inducirnos a mirar resultados fotográficos. Nos propone
hacer una pausa y abrir los ojos ante ciertas secuelas del hombre negro racializado en
Cuba. Pudiéramos argüir que se nos muestra trazas de hechos dolientes, sepulcros o restos
figurantes de un dolor que todavía nos increpa ya que se reproduce con insistencia. Aquí,
la imagen fotográfica distingue su lenguaje en locuaz teatralización o performatividad
crítica.
¿Por qué Lázaro Prieto, tierno creador inducido hacia el marco del lente, escenifica a
través de autorretratos desnudos y semidesnudos un (el) padecimiento inveterado del
hombre, varón, masculino, de la llamada raza negra? ¿Qué tiene el negro?
¿Por qué el tipo negro constituye el objeto de representación del deterioro ― ¿Cuál?
―, o la inferioridad, según este joven impaciente?
¿El remanso de un rol en el espectáculo inconforme de su eficaz narración?
Es: ¿sufrimiento, o congoja, o amargura, o ahogo, o desconsuelo, o ansiedad, o
pesadumbre, o consternación? ¿O son todos estos términos equivalentes del desperfecto
de las relaciones humanas más que sinónimos con un núcleo de significado análogo?
Múltiples son las interrogantes, y transitan varias direcciones. Cada imagen exhibida
ahora debe estimular efectos secundarios en quien la enfrenta; digo yo. El arte del
enfrentamiento ha sustituido parcelas precedentes de la apreciación del arte.quí cabe mencionar la pretensión moralista del arte a la manera en la cual se pensaba
y consiguió establecerse como paradigma en pleno siglo XIX. Entonces, y por largo
tiempo la fotografía sirvió para combatir ciertas moralidades alternativas o mejor
anormales según el represivo modelo universal de hombre y hasta mujer blancos dignos
de ser fotografiados: los mismos que ostentan lugares prominentes en la estratificada
sociedad de clases. A la postre, hubo de acumularse un tipo de inferioridad cultural y
política, de no ser humano; lo cual encuentra expresión en los títulos y contenidos de las
obras exhibidas en Kamikazes: Mulo, Lomo, Animal, Golosina, Saña (video), de un total
de ocho piezas exhibidas.Los sepulcros o figurantes negros de Lázaro Prieto ⸺en Cuba también decimos «prieto» a la persona de piel oscura⸺ se rebelan contra su condición negativa universal, portadora de dolor esclerosado, de desigualdad, de servilismo, de exotismo sexual (sentimientos y prácticas denigratorias). Incluso, las piezas exhibidas reflotan el
desprecio que se reproduce y duele entre las mismas personas de piel oscura.

Kamikazes parece desplegarse en tono moralizante, intentando recuperar así ― ¿reactivar? ― un sentido crítico debilitado y en curso (en parte formalizado ya), que por
momentos pareciera cansancio denunciatorio.
En su propósito, nuestro autor re-significa elementos y metáforas de la historia del arte
universal y cubano. También, actitudes que puntualizan sumisión, represión, y
expresiones de cultura popular en escenas cuestionadoras de nuestra representación social
del hombre negro, archivado en las imágenes que consumimos y llevamos con nosotros.

1 Ver: Acosta de Arriba, Rafael. La seducción de la mirada. Fotografía del cuerpo en Cuba (1840-2013). Ediciones Polymita, Ciudad de Guatemala, 2014.

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Un comentario en “KAMIKAZES: Del proceso creativo a la foto digital.”

  1. Éxitos para Casa Cultural Amauta, un espacio donde habita la pasión por la excelencia. Siempre me sentiré cómplice de sus aventuras por el arte.

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