Al conocer y compartir con Juanito, como lo llamamos sus amigos, te das cuenta de su limpieza de alma y apego a los suyos. Su familia de origen canario tiene una tradición decimística enraizada desde los bisabuelos que emigraron y se asentaron en estas tierras fértiles y con el encanto de los verdes paisajes.
San Juan y Martínez lo ve recorrer sus campos de tabaco para las faenas agrícolas o con la guitarra lista para el guateque. Repentista, próvido improvisador y excelente músico, eslabón de una cadena familiar que ha conformado un panorama creativo con grupos musicales campesinos y no pocos improvisadores en la continuidad de ser y hacer por la estrofa nacional desde los bisabuelos hasta sus hijos: Raytel, Anabeivi y el pequeño Alexander.
En las múltiples motivaciones que le inspiran, Juanito le canta a su pueblo natal, las riquezas de la vega, el promisorio escenario del tabaco y en el orden espiritual, las lógicas preocupaciones existenciales.
Una vida de guajiro defensor de sus tradiciones con el alcance creativo en sus décimas de una elevación lírica notable y donde espacios tan variados como las fiestas cucalambeanas, las ferias del libro, los Poetas cantan a la Meca, Primer Clásico del Punto Cubano, fiestas populares, encuentro de poetas en México, le han conferido no pocos lauros y reconocimientos.
La Casa de la Décima Celestino García y la Casa Cultural Amauta le han propiciado escenarios de fraternidad y encuentros líricos que no solo se guardan en nuestros tesoros documentales, sino que marcan una huella de preservación, enaltecimiento y continuidad para el repentismo y la música guajira en las condicionantes del punto cubano, patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
De su creación poética en la improvisación, son estas décimas:
En la Vega Yo no sé en la noche bella bajo el techo de un bohío si ella es un pedazo mío o soy yo un pedazo de ella. Andamos la misma huella, sus décimas crecerán y sus palabras serán bajo un horizonte opaco famosas como el tabaco de las vegas de San Juan. Del Sueño Cuando la noche se atreve con el apuro a retarme, el reloj como un gendarme automático se mueve. Cada segundo se bebe en regia locomoción y por esa traslación como si fueran hebillas, se mueven las manecillas juntas en el corazón. Ya que me puse a soñar, he soñado tantas veces en un surco de dobleces que no logro enderezar. Pretendo el sueño encerrar en un eslabón pequeño y estoy feliz y halagüeño cuando de una forma clara me aletean en la cara las blancas alas del sueño. En el Guateque Hoy regresan las palomas que entre la distancia pierdes a traer las hojas verdes de los gajos de las lomas. Aquí también los idiomas expresan lo original y hay un grupo musical que echa acordes en un coro y es un gigante sonoro con las venas de metal. La Seducción de las Palabras -Curso taller en Casa Amauta, improvisadas con pie forzado I Palideció mi esperanza en el balcón de la fe, pero en el esfuerzo hurgué y apareció la confianza. Un cerebro triste avanza por la ruta del dolor, mas cuando escucho al lector que hace del chiste una empresa asesino la tristeza con el filo del humor. II Llueve la literatura sobre sequías mentales y barbechos neuronales dan paso a joven postura. Surcos de nueva ventura dejan sus penas detrás mientras del tiempo al compás, libreros como alacenas, tiene sus canastas llenas Dulce María Loynaz. III A distancia del altar que el cristianismo da el nombre se dice que puede el hombre su futuro fabricar. Para el mañana cambiar, cuerdas de esperanza afina, pero hay que juntar fe y tino, porque la duda nos muerde cuando el magnetismo pierde la brújula del destino. IV Silba el majá, la codicia del apetito es tajante, mas sigue paso constante la cadena alimenticia. El gavilán con primicia lo hace en distante bregar y el hombre, por no llorar, lo deja escapar silente, porque desgraciadamente la vida es más que silbar.
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