Con sus hijos Anabeivi y Raytel, portal del teatro Milanés

Al conocer y compartir con Juanito, como lo llamamos sus amigos, te das cuenta de su limpieza de alma y apego a los suyos. Su familia de origen canario tiene una tradición decimística enraizada desde los bisabuelos que emigraron y se asentaron en estas tierras fértiles y con el encanto de los verdes paisajes.

San Juan y Martínez lo ve recorrer sus campos de tabaco para las faenas agrícolas o con la guitarra lista para el guateque. Repentista, próvido improvisador y excelente músico, eslabón de una cadena familiar que ha conformado un panorama creativo con grupos musicales campesinos y no pocos improvisadores en la continuidad de ser y hacer por la estrofa nacional desde los bisabuelos hasta sus hijos: Raytel, Anabeivi y el pequeño Alexander.

En las múltiples motivaciones que le inspiran, Juanito le canta a su pueblo natal, las riquezas de la vega, el promisorio escenario del tabaco y en el orden espiritual, las lógicas preocupaciones existenciales.

Mi pueblo fue reducido

a páginas de cenizas

donde las tropas mambisas

escribieron su apellido.

Y aquel febrero encendido

como un julio veraniego,

ante tal desasosiego

San Juan honrado y valiente,

lo recuerda eternamente

con la memoria del fuego.

Una vida de guajiro defensor de sus tradiciones con el alcance creativo en sus décimas de una elevación lírica notable y donde espacios tan variados como las fiestas cucalambeanas, las ferias del libro, los Poetas cantan a la Meca, Primer Clásico del Punto Cubano, fiestas populares, encuentro de poetas en México, le han conferido no pocos lauros y reconocimientos.

La Casa de la Décima Celestino García y la Casa Cultural Amauta le han propiciado escenarios de fraternidad y encuentros líricos que no solo se guardan en nuestros tesoros documentales, sino que marcan una huella de preservación, enaltecimiento  y continuidad para el repentismo y la música guajira en las condicionantes del punto cubano, patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

Encuentro de Glosadores, Valle de Bravo, México 2019

De su creación poética en la improvisación, son estas décimas:

En la Vega
 Yo  no sé en la noche bella
bajo el techo de un bohío
si ella es un pedazo mío
o soy yo un pedazo de ella.
Andamos la misma huella,
sus décimas crecerán
y sus palabras serán
bajo un horizonte opaco
famosas como el tabaco
de las vegas de San Juan.
 
  Del Sueño
 Cuando la noche se atreve
con el apuro a retarme,
el reloj como un gendarme
automático se mueve.
Cada segundo se bebe
en regia locomoción
y por esa traslación
como si fueran hebillas,
se mueven las manecillas
juntas en el corazón.
 
Ya que me puse a soñar,
he soñado tantas veces
en un surco de dobleces
que no logro enderezar.
Pretendo el sueño encerrar
en un eslabón pequeño
y estoy feliz y halagüeño
cuando de una forma clara
me aletean en la cara
las blancas alas del sueño.
 
 
En el Guateque
 Hoy regresan las palomas
que entre la distancia pierdes
a traer las hojas verdes
de los gajos de las lomas.
Aquí también los idiomas
expresan lo  original
y hay un grupo musical
que echa acordes en un  coro
y es un gigante sonoro
con las venas de metal.
 
 
La Seducción de las Palabras
-Curso taller en Casa Amauta, improvisadas con pie forzado
 
I
Palideció mi esperanza
en el balcón de la fe,
pero en el esfuerzo hurgué
y apareció la confianza.
Un cerebro triste avanza
por la ruta del dolor,
mas cuando escucho al lector
que hace del chiste una empresa
asesino la tristeza
con el filo del humor.
 
II
Llueve la literatura
sobre sequías mentales
y barbechos neuronales
dan paso a joven postura.
Surcos de nueva ventura
dejan sus penas detrás
mientras del tiempo al compás,
libreros como alacenas,
tiene  sus canastas llenas
Dulce María Loynaz.
 
III
A distancia del altar
que el cristianismo da el nombre
se dice que puede el hombre
su futuro fabricar.
Para el mañana cambiar,
cuerdas de esperanza afina,
pero hay que juntar fe  y tino,
porque la duda nos muerde
cuando el magnetismo pierde
la brújula del destino.
 
IV
Silba el majá, la codicia
del apetito es tajante,
mas sigue paso constante
la cadena alimenticia.
El gavilán con primicia
lo hace en distante bregar
y el hombre, por no llorar,
lo deja escapar silente,
porque desgraciadamente
la vida es más que silbar.

Visitas: 0

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *