Encuentro poético. Pinar del Río, 2014

No por repetida la poética y medular frase de José Martí pierde valor con los años: «Honrar: honra». Este 2021 que ha de ser como un «barredor de tristezas» después del almanaque más nefasto, el Centro Cultural Amauta quiere honrarse honrando a un ser humano digno.

 «Como el verso que imanta a los amigos», lo evoca Lorenzo Suárez.  «Hombre de gran personalidad», lo define María Jesús Lozano Cáceres. «Poeta de elevados acordes, de música rítmica y emotiva», lo siluetea Odalys Leyva Rosabal.

Desde esas tres miradas, y desde el cauce de sus propios versos, queremos homenajear a este incansable escritor y promotor cultural, que ha pasado décadas tendiendo puentes de belleza entre los creadores de la Isla y las instituciones de Hispanoamérica; ya sea a través de la revista que fundó y dirige: Carta Lírica, o de innumerables eventos, concursos, conversatorios y actividades en las que ha reinado, junto al ángel de la poesía, el espíritu de la fraternidad.

Nos convoca el deseo de agradecer y la dicha de contar con la sapiencia y el legado vivo y actuante del tenaz creador que cumple  sus 93 años.

!Salud, Poeta! y un fuerte abrazo, a través de estas redes digitales que hemos de llenar de afecto.    

Impronta guajira
                                Lorenzo Suárez Crespo
 
Como vuelan las briznas de los trigos,
así, libres al viento las palomas,
mutarán bajo el sol en sus idiomas
cuando el ciclo vital cierre postigos.
 
Como el verso que imanta a los amigos
virtud y utilidad fueron axiomas,
jamás conjugó Paco en sus redomas
ni el rencor ni la duda por testigos.
 
Ni en el Templo de Dios ni en el Infierno
lo han visto cabildear y en su cuaderno,
cuando el tiempo fugaz descorra el sello,
 
es posible que emerja en un suspiro
con su impronta criolla aquel guajiro
que buscó de la vida lo más bello.
Conversatorio en la Casa Canaria de Pinar del Río, María de Jesús Lozano y Francisco Henríquez, 2014

Tras las huellas canarias de Francisco

María Jesús Lozano Cáceres

I.- ¿Cómo descubrí que teníamos en común lazos familiares y el amor por la décima?

Las musas tuvieron mucho que ver, cuando fallece nuestra querida y común amiga, Nieves Henríquez, cofundadora y primera secretaria de la Asociación de Poetas Canarios La Arcadia (quien, previamente me había reportado los contactos de México, Los Ángeles, Miami y Cuba) y ser elegida para ocupar la plaza vacante de secretaria de dicha Asociación, tuve que comunicar el óbito a los referidos contactos. Como lo hice enviándoles un ejemplar de mi primer libro, en cuya reseña figura que soy natural de la ciudad grancanaria de Telde y que mi segundo apellido es Cáceres, de inmediato recibí noticias de D. Francisco Henríquez Domínguez, en las que me hacía saber que los apellidos de su padre eran Henríquez Cáceres, y que este había nacido en Telde, un 11 de marzo.

Aunque más tarde llegamos a conocernos personalmente, es a partir de ese momento cuando afirmamos nuestra amistad a través de correos electrónicos. Así mismo, es que a través de dichos correos se convierte en mi maestro y me transmite su saber acerca de la décima. 

Don Francisco –hombre de gran personalidad-, promueve la creación de la décima clásica con cualidades que eviten las asonancias, corrigiendo métricas y cadencias sin importarle las protestas a sus duras críticas.

Es fundador y director de la Revista Carta Lírica, en Miami. Esta revista poética –en la que exponen sus trabajos poetas y escritores hispano-parlantes-, se distribuye por todos los Centros educativos, Bibliotecas y Universidades en múltiples puntos del continente americano y de España.

II.-  Su valía para Telde

En 1992 obtuvo el primer premio en el concurso Internacional dedicado al V Centenario de la Conquista de América, auspiciado por la editorial El Paisaje Ediciones,  con su sonetario: La Conquista de América, por el que fue felicitado, mediante carta, por el entonces rey de España, Don Juan Carlos I. 

En el año 2005 es distinguido con el premio J. Vasconcelos que otorga el Frente de Afirmación Hispanista de México.

Sus libros obran en las estanterías de las dos bibliotecas de la ciudad de Telde, en reconocimiento a la valía de un poeta que siempre ha tenido a gala ser hijo y nieto de naturales de Telde -la ciudad más antigua de Gran Canaria.

Con los poetas de La Arcadia, Islas Canarias 2015

A la vista de la transcendencia que para esta ciudad supone don Francisco Henríquez Domínguez, como persona y como escritor de reconocida trayectoria y solvencia, el día 15 de octubre del 2015, dicha ciudad le concede la Medalla al Mérito Cultural.

 Este poeta me abrió las puertas de los poetas del Parnaso cubano. Hizo de Pigmalión y con sus contactos fui  invitada a la Cucalambeana. Allí de la mano de Odalys Leyva, participé  como poeta canaria. Más tarde,  asistí como invitada de honor al Ranchón  dirigido por el poeta y premio Vasconcelos,  Lorenzo Suárez Crespo, fundador de Amauta. Pude compartir en el Ranchón con los repentistas vueltabajeros.

Con Lorenzo, visitamos la Casa Canaria, donde dejamos la impronta del compositor canario, Sindo Saavedra, con su canción dedicada a Gran Canaria «Enamórate de mí «, pura poesía musical.

Lo más importante:  visitamos en dos ocasiones a la gran poeta  Carilda Oliver Labra en su casa de Tirry  81, ¡algo inolvidable!.

Brindis en Potes, España 2015

Don Francisco fue mi gran impulsor en Cuba, me recuerda la película  Mi  fair Lady. Nunca olvidaré los momentos vividos  en la isla y la gran acogida que le brindaban.

Las sucesivas generaciones que han ilustrado el parnaso de la décima siguen iluminando sus espacios de luz y, entre ellos, para fortuna y orgullo nuestro, es Francisco Henríquez uno de sus maestros.

Con la poetisa Odalys Leyva

UNA VOZ SIN LÍMITES

Odalys Leyva Rosabal

Conocer a Francisco Henríquez desde el encuentro con la palabra, fue como saltar un muro y descubrir un bello paisaje, en él se unen ética, bondad y trascendencia.  Es un poeta de elevados acordes, de música rítmica y emotiva. Descubre los paisajes y como el mejor pintor los delinea con el verso, cuánta maravilla en sus imágenes. Su poesía limpia y cromática como fuentes de agua, desde ella nacen los arcoíris en versos, los manantiales que acompasan.

Cultiva la décima y el soneto, poseedor de la rima y el ritmo, se pasea entre las diversas métricas y define las más espinosas para los creadores, para él no existen frenos, su música es interior, pero desborda. Desde joven logró escribir e improvisar sus décimas en diferentes locaciones. La gracia de la rapidez y su memoria excepcional lo hacen figurar como uno de los poetas que amenizan con más alegría trascendente una actividad literaria. Ha escrito infinitud de décimas y más de quinientos sonetos. Creador de estirpe y promotor literario con una seriedad que lo ha situado en la mira de estudiosos e investigadores. 

Conocí a Francisco personalmente gracias al Frente de Afirmación Hispanista de México, los encuentros culturales nos fueron convirtiendo en una gran familia, luego estuvimos reunidos junto a los bambúes del Cornito en Las Tunas. Año tras año nos encontramos en México, disfrutamos las bellezas de Valle de Bravo, el común denominador: la poesía, la décima glosada como vínculo artístico.

No es solamente Francisco un gran poeta, también un anfitrión que da gusto, junto a él conocí varios sitios de Miami y él y su esposa Eloísa me acompañaron en mi primera actividad en la Universidad de la Florida, lecturas poéticas y presentaciones de libros nos fueron acercando, disímiles puntos de vista como la mejor coincidencia.

Visitar la casa desde donde surge la revista Carta Lírica fue muy emotivo, pues ha sido Francisco un gran promotor de las letras en Hispanoamérica; la mayoría de las veces su revista fue impresa con sus propios medios, como un gesto altruista y benevolente con los poetas, también elaboró numerosos cuadernos poéticos que hicieron visible a más de un creador, no solamente de Cuba sino del mundo. Ver tantos reconocimientos, premios, títulos y publicaciones me hicieron sentir orgullosa de ese gran amigo.

El poeta, promotor cultural, amante de los bellos jardines también es un cocinero que da gusto, cocina el congrí con una sazón exclusiva, me contó su esposa que ella fue su maestra; pero la calificación mayor la tiene cuando prepara un arroz con leche, aún lo menciono y viene a mi mente aquel sabor genuino.

Las fotos de sus viajes a distintos sitios universales son su tesoro, el amor por su familia una manera de ser feliz; en Miami Garden escuché las décimas que le escribió a su amada Eloísa cuando la enamoró, testigos fueron las palmas y los ríos de aquella devoción que perdura.

El mayor de los retos del maestro Francisco es su oficio de escritor, cada día frente a su computadora elabora sus textos, hace promociones, trabaja con programas creativos, y regala la belleza, pues cada uno de sus poemas es como un canto joven, su poesía permeada de notas aún mantiene ese vivo encuentro con el otro.

El afán de educar otra gracia que lo ha llevado a disentir en varios conclaves, pues no permite las «chapucerías literarias», es amante de las rimas perfectas y ha dedicado parte de su existencia a ello, algo que no ha sido en vano, pues somos muchos los seguidores de este camino. Con una rima adecuada mejora la ortografía, por ello su tesis cultural sigue emergente. Se puede decir que junto al estudioso Fredo Arias han reconquistado la Glosa. El vocablo de Francisco sigue brillante y conmovedor, aquí estamos las generaciones de poetas que lo admiran, listos a saludarlo con la décima y el soneto como vehículo de gloria.

 ES QUE CUBA SIGUE ALLÍ
Por Francisco Henríquez Domínguez
  I Cuba no es ni un frenesí ni un estado ultraterreno; Cuba es un verde sereno de San Antonio a Maisí. Es que Cuba sigue allí con su monte y su jutía. Cuba es una canturía que dura toda la noche, ¡y es poético derroche de la puesta al otro día!   II Cuba empina un bacardí si le recitan los nombres, del ejército sin hombres que anda suelto por ahí. Es que Cuba sigue allí y resiste al mundo terco. Cuba sacrifica un puerco por un motivo cualquiera, mientras otro puerco espera su muerte detrás del cerco.   III Cuba es miel y daiquirí, carnaval, parranda y son, y es también desolación si queremos verla así. Es que Cuba sigue allí, rumba, salsa y zapateo, y no le falta un torneo para una tarde guajira ¡cosa que su gente mira como su mejor recreo!     IV Cuba es álamo o jiquí y es fogón de pura leña, y es una noche pequeña sobre el vuelo de un totí. Es que Cuba sigue allí: desveladora en La Habana, bullanguera en Tropicana, romántica en la Marina..., ¡"mientras la luna declina" dentro del Copacabana!   V Cuba es ajiaco y congrí, en casi todas las cenas, por eso las Nochebuenas no son iguales que aquí. Es que Cuba sigue allí con sus ríos y sus playas, y tiene sus guardarrayas –caminos de palmas verdes– y un cielo que no te pierdes por dondequiera que vayas.   VI Cuba no está muerta ni padece mortal amnesia, aunque ya, sin anestesia, le han clavado el bisturí. Es que Cuba sigue allí, con su panorama bello... Para lo triste de aquello canta la voz del aljibe, y la hamaca del Caribe la columpia en un destello.   VII Cuba es pan de ajonjolí para endulzar un guateque, y fuego en el bajareque del tostador de maní. Es que Cuba sigue allí: es  Oriente y sus chiquillas; es Matanzas y Las Villas; es La Habana, Camagüey, Pinar del Río... –Yarey bajo el sol de Las Antillas–.   VIII Cuba, porque a verla fui para que nadie me cuente, no es igual ni es diferente que aquella en que yo nací. Es que Cuba sigue allí, soñando un sol venidero. Con el alma al resistero de la más ardiente arena, tiene el don de una sirena que suspira en Varadero.  

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2 comentarios en “Carta Lírica a Francisco Henríquez”

  1. Hoy, con el alma repuesta
    quise visitar a Amauta
    y me iluminó esta flauta
    en tremendísima fiesta.
    Echéle mano a mi orquesta
    (que son claves y el laúd),
    siempre con esa virtud
    de los ariques y guanos
    y saludo a mis hermanos
    con toda mi gratitud.

    Viéndome entre tanto lujo
    (el lujo de tanto verde)
    el corazón se me pierde
    entre mogotes de embrujo.
    Fue tanto lo que sedujo
    esta agradable sorpresa
    que la palabra atraviesa
    por campiñas de azafrán
    y un monte de framboyán
    crecido de mar turquesa.

    Todo lo que diga es poco
    por todo el mérito dado,
    y me hubiera conformado
    con queso y dulce de coco.
    Siempre me volvieron loco
    los elogios y homenaje,
    pero porque este paisaje
    viene de Pinar del Río
    y es de buen amigo mío,
    lo conservo en mi equipaje.

  2. Pasé la tarde en Amauta
    como en un jardín sonoro
    y entre sílabas de oro
    voló mi sueño de nauta.
    La música de mi flauta
    se desgranó en melodía
    pues cuando la poesía
    se desborda como un río
    se vuelve Pinar del Río
    una eterna sinfonía.

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