Dónde está el paraíso en tierras de promisión…
Interroga el poeta en sus versos y ahí está el Valle de Viñales para darle respuesta.
Dónde está el paraíso en tierras de promisión…
Interroga el poeta en sus versos y ahí está el Valle de Viñales para darle respuesta.
¿Qué sabemos de este hombre que en su presentación se declaraba orgulloso de su nacimiento en la serranía de los pinareños lares y era poeta sencillo como ninguno?
Este libro es el resultado de una investigación que incluye a más de doscientos creadores como muestra de la poética más arraigada de nuestra cubanía y que, desde los inicios del siglo XIX con Celestino García y Francisca González Ruz de Montoro hasta la actualidad con los jóvenes Yasel García y Anabeivi Rodríguez, patentiza en sus ilustrativas páginas la lírica cubana en occidente.
¿Hemos sido ingratos los cubanos con Gómez?”, se preguntaba, con la sapiencia de una vida dedicada a la Historia, la Dra. C. Francisca López Civeira y, tal vez sin proponérselo, resumía así la angustia y el afán que motivó todo: agradecer a la altura de su sacrificio, al último de los grandes libertadores del ciclo independentista latinoamericano.
Un sublime canto llama al combate, como la carga al machete engendra nuevas melodías. El verso se torna himno de batalla, tanto como la batalla despierta acendrados lirismos.
De la mano del verso en variedad estrófica y diversas rimas, con la sugerencia de un mensaje lúdrico en curiosidades, adivinanzas y una temática plural del entorno infantil, la pequeña Daniela vive y recrea su impronta bucólica y social.
El Rey de los Versadores no escribió libros y su legado sencillamente es oral, fruto de la memoria popular y en ella el amor de los cubanos por la décima.
Su vida ha sido un acto de entrega, de creación poética y ferviente humanismo. La voluntad fue su arma más importante en la lucha por la existencia y como riqueza espiritual, la improvisación en la décima.